Ryan fue uno de esas personas que transmitían sensaciones extremas entre los que le rodeaban. O era terriblemente querido, o terriblemente odiado. Para él no había termino medio, como casi nada en la vida.
Debido a esta cualidad suya, Ryan sabia desde pequeño, y así se lo hacia saber a sus amigos, que su vida terminaría a los 33 años.
Vivió a máxima velocidad y durante demasiado tiempo en la cuerda floja. Las drogas y las peleas eran norma en su vida. Pese a esto, a todos nos sorprendió cuando llego la noticia, La Bestia había dejado de rugir.
Descansa en Paz Ryan.
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